El Desarrollo Del Imperialismo
  Biografías
 

Personajes importantes del Imperilalismo




Otto von Bismarck
Político prusiano, artífice de la unidad alemana (Schoenhausen, Magdeburgo, 1815 - Friedrichsruh, 1898). Procedente de una familia noble prusiana, Bismarck vivió una juventud indisciplinada, autodidacta y llena de dudas religiosas y políticas. A partir de su matrimonio cambió radicalmente de vida, iniciando una carrera política marcada por el más severo conservadurismo. Efectivamente, como diputado del Parlamento prusiano desde 1847, destacó como adversario de las ideas liberales que por entonces avanzaban en toda Europa; la experiencia revolucionaria de 1848-51 le radicalizó en sus posturas reaccionarias, convirtiéndole para siempre en paradigma del autoritarismo y del militarismo prusiano.

En los años siguientes ocupó puestos diplomáticos en Frankfurt, San Petersburgo y París, conociendo de primera mano los asuntos internacionales. De esa época data la maduración de su ideario político nacionalista, a medio camino entre el constitucionalismo y las tradiciones germánicas; y su convicción de que el proyecto de unificación que albergaba para Alemania no debía basarse en la apelación a las masas, sino en el empleo inteligente de la diplomacia y de la fuerza militar. Tales ideas le convirtieron en modelo del político realista apartado de todo idealismo, sensibilidad o prejuicios morales.
Desde que el rey Guillermo I le nombró canciller (primer ministro) en 1862, puso en marcha su plan para imponer la hegemonía de Prusia sobre el conjunto de Alemania, como paso previo para una eventual unificación nacional. Empezó por reorganizar y reforzar el ejército prusiano, al que lanzaría a continuación a tres enfrentamientos bélicos, probablemente premeditados, en todos los cuales resultó vencedor: la Guerra de los Ducados (1864), una acción concertada con Austria para arrebatar a Dinamarca los territorios de habla alemana de Schleswig y Holstein; la Guerra Austro-Prusiana (1866), un artificioso conflicto provocado a raíz de los problemas de la administración conjunta de los ducados daneses y dirigida, en realidad, a eliminar la influencia de Austria sobre los asuntos alemanes; y la Guerra Franco-Prusiana (1870), provocada por un malentendido diplomático con la Francia de Napoleón III a propósito de la sucesión al vacante Trono de España, pero encaminada de hecho a anular a Francia en la política europea, a fin de que dejara de alentar el particularismo de los Estados alemanes del sur.
En cada una de aquellas guerras Prusia acrecentó su poderío y extendió su territorio: en 1867 ya fue capaz de unir a la mayor parte de los Estados independientes que subsistían en Alemania, formando la Confederación de la Alemania del Norte; en 1871, además de anexionarse las regiones francesas de Alsacia y Lorena, impuso la creación de un único Imperio Alemán bajo la corona de Guillermo I, del que sólo quedó excluida Austria.
La política interior de Bismarck se apoyó en un régimen de poder autoritario, a pesar de la apariencia constitucional y del sufragio universal destinado a neutralizar a las clases medias (Constitución federal de 1871). Inicialmente gobernó en coalición con los liberales, centrándose en contrarrestar la influencia de la Iglesia católica (Kulturkampf) y en favorecer los intereses de los grandes terratenientes mediante una política económica librecambista; en 1879 rompió con los liberales y se alió al partido católico (Zentrum), adoptando posturas proteccionistas que favorecieran el crecimiento industrial. En esa segunda época centró sus esfuerzos en frenar el movimiento obrero alemán, al que ilegalizó aprobando las Leyes Antisocialistas, al tiempo que intentaba atraerse a los trabajadores con la legislación social más avanzada del momento.
En política exterior, se mostró prudente para consolidar la unidad alemana recién conquistada: por un lado, forjó un entramado de alianzas diplomáticas (con Austria, Rusia e Italia) destinado a aislar a Francia en previsión de su posible revancha; por otro, mantuvo a Alemania apartada de la vorágine imperialista que por entonces arrastraba al resto de las potencias europeas. Fue precisamente esta precaución frente a la carrera colonial la que le enfrentó con el nuevo emperador, Guillermo II (1888), partidario de prolongar la ascensión de Alemania con la adquisición de un imperio ultramarino, asunto que provocó la caída de Bismarck en 1890.
 
 
Joseph Chamberlain
(Londres, 1836-Birmingham, id., 1914) Político británico. Hijo de un acaudalado industrial, a los dieciséis años abandonó los estudios para trabajar en el negocio familiar. Dos años después se trasladó a Birmingham para trabajar en la empresa dirigida por un primo suyo. Su habilidad para los negocios le reportó una inmensa fortuna, por lo que en 1874, a los treinta y ocho años de edad, pudo abandonarlos y dedicarse a la política. Su primer cargo de responsabilidad fue la alcaldía de Birmingham, que ocupó entre 1873 y 1876. En esta última fecha fue elegido diputado al Parlamento por el Partido Liberal y, en 1880, fue nombrado ministro de Comercio.
Su actividad al frente del ministerio se caracterizó por un acusado radicalismo ideológico, reforzado por su indiferencia a los valores o compromisos del partido y dirigido hacia la defensa de un ideal único: el engrandecimiento y mantenimiento del imperio. Ello motivó su oposición a la Home Rule, proyecto de ley que concedía un alto grado de autonomía a Irlanda y que había sido redactado por sus propios compañeros de partido.
Dicha oposición desencadenó una escisión en el seno del Partido Liberal, y Chamberlain y sus partidarios formaron el Partido Liberal Unionista. Éste, a su vez, apoyó al Partido Conservador, que tras la escisión de su principal oponente gobernó ininterrumpidamente entre 1886 y 1906. A cambio de su apoyo, el Partido Conservador introdujo una serie de reformas sociales, inspiradas por Chamberlain, quien, a su vez, fue nombrado ministro de las Colonias
Desde dicho cargo, que ocupó entre 1896 y 1903, desarrolló una política imperialista que, aunque le reportó una gran popularidad, tuvo nefastas consecuencias para la política exterior británica, debido a la pérdida de respeto internacional que supuso su participación en la guerra de Sudáfrica (1899-1902), en la que el ejército británico sufrió una importante derrota. No obstante, Chamberlain nunca fue responsabilizado por ello, y su política imperialista sentó las bases de la que desarrollaría el gobierno británico durante los siguientes decenios.
 
 
Henry Morton Stanley
(John Rowlands Stanley; Denbigh, 1841 - Londres, 1904) Explorador británico. Tuvo una infancia difícil: tratado con dureza por sus padres e incluso encerrado en una casa de corrección, logró huir a los quince años. En 1859 llegó a América, donde fue adoptado por un comerciante al que conoció en Nueva Orleáns y que le dio su nombre. Estallada la guerra civil, participó en ella, y combatió primeramente en las filas de los confederados, y luego, hecho prisionero por el enemigo, ingresó en las de la Unión. Terminado el conflicto bélico, se inclinó al periodismo y fue enviado especial del New York Herald.
Aficionado a los viajes y atraído por las aventuras, dirigió en 1869 una expedición que partió hacia el África en busca del misionero escocés David Livingstone, a quien halló en 1871 en Ujiji; con él exploró el lago Tanganika. De tal empresa dio una amplia información en el libro Cómo encontré a Livingstone (1872). Tras la muerte del escocés (1873), cuyo valioso material, contenido en los diarios y las cartas, reunió y llevó a Londres, prosiguió su obra luchando contra la esclavitud y realizando otras exploraciones.
En 1874 volvió al África, donde permaneció hasta 1877; gracias al apoyo económico de Bennett y lord Burnham, director del Daily Telegraph, llevó a cabo las expediciones más importantes de cuantas se hayan efectuado por el Continente Negro, trascendentales no sólo en cuanto al punto de vista geográfico, sino también por su relación con la política y la economía del ámbito africano del imperialismo. Se deben a Stanley el conocimiento de las fuentes del Nilo y de los lagos Victoria Nyanza y Tanganika, y la navegación por el río Congo hasta el mar. La historia de tales empresas, llevadas a cabo entre graves dificultades, aparece narrada en el volumen A través del Continente Negro (Through the Dark Continent, 1878).
Enviado por el gobierno belga, regresó al África en 1879 y permaneció durante cinco años en el Congo, donde hizo construir caminos y bases y estableció líneas de navegación fluvial; fruto de su obra fue el Estado Libre del Congo. Refiere la historia de este acontecimiento el libro titulado precisamente El Congo y la fundación de su Estado Libre (1885). En el volumen En el África más tenebrosa (1890) narró Stanley, en cambio, las aventuras de sus viajes a las regiones ecuatoriales, realizados para el establecimiento en ellas de un protectorado inglés.
Recibido con grandes honores a su regreso a Inglaterra, y tras dar un ciclo de conferencias en Australia y América, recobró la ciudadanía británica y fue elegido miembro del Parlamento en 1895. A partir de 1897, tras su última expedición al África, no se alejó ya de Inglaterra. Puso fin a su actividad de escritor con la publicación de otros dos libros: Mis primeros viajes y mis aventuras en América y Asia (My Early Travels and Adventures in America and Asia, 1895) y A través del África meridional (Through South Africa, 1898).
Más que a la producción literaria, la fama de Stanley queda vinculada a las empresas que llevó a cabo, que le convierten en el más importante de los exploradores africanos. Poseedor de una voluntad tenaz y apoyado en sólidos principios morales, realizó a conciencia en África una misión propia de sentido cultural y cristiano.
 
 
David Livingstone
Médico y misionero británico que inició la exploración del interior de África (Blantyre, Escocia, 1813 - Chitambo, Zambia, 1873). Procedente de una familia pobre, sacó adelante sus estudios de Medicina en la Universidad de Glasgow y se enroló en la Sociedad Misionera de Londres movido por sentimientos religiosos (fue ordenado sacerdote protestante en 1840).
A petición propia, fue destinado al sur de África en 1841. Desde allí se adentró hacia el norte en la actual Botswana, predicando la religión cristiana y explorando territorios desconocidos en medio de graves peligros. En 1852-54 atravesó el desierto de Kalahari hasta conectar El Cabo con Luanda, capital de la colonia portuguesa de Angola; desde allí, rechazando las invitaciones para que regresara a Inglaterra y, a pesar de sus problemas de salud, inició una nueva travesía del Atlántico al Índico, uniendo Angola con Mozambique a través del río Zambeze (1854-56).
Durante su posterior estancia en Inglaterra fue premiado y recibido por la reina, convirtiéndose en un héroe popular. Sus escritos y conferencias despertaron el interés por el misterioso continente africano en todo el mundo, incitando a la posterior carrera colonial por el reparto de su dominio entre las potencias europeas; no obstante, las intenciones del propio Livingstone fueron siempre pacíficas, impulsando el conocimiento científico del continente, el establecimiento de relaciones amistosas con los pueblos indígenas y la erradicación de la esclavitud.
El gobierno británico financió un segundo viaje para explorar el Zambeze como vía de penetración hacia el interior de África en 1858-64; pero las múltiples cataratas que descubrió frustraron el proyecto. Un tercer viaje, financiado por la Real Sociedad Geográfica en 1865-73, le llevó a explorar las regiones en torno a los lagos Nyasa y Tanganika.
En 1871 circuló en Occidente la noticia de que Livingstone se había perdido y dos periódicos enviaron en su búsqueda a Henry Stanley; éste se internó en el África oriental y encontró a Livingstone en Ujiji, a orillas del lago Tanganika. Pero no consiguió convencerle para que regresara y, tras aprovisionarle, ambos se separaron en 1872. Mientras Stanley continuaba su exploración por el río Congo, Livingstone siguió su camino y falleció un año más tarde de muerte natural.
 
 
Robert Peary
(Robert Edwin Peary; Cresson, 1856 - Washington, 1920) Ingeniero civil y explorador estadounidense. Fue el primer hombre en llegar al Polo Norte (1908) tras muchos años de esfuerzos, durante los cuales realizó valiosas exploraciones por Groenlandia.
Tras graduarse como ingeniero civil en el Bowdoin College de Maine, en el año 1881 entró a formar parte como tal de la Armada de los Estados Unidos de América. Durante los años 1884 y 1885, Peary colaboró en la medición topográfica de un magno proyecto que finalmente no se llegó a realizar: la construcción de un canal interoceánico en Nicaragua. La existencia de un buen número de apasionantes libros de viajes por tierras árticas y la atmósfera de competencia que surgió entre las expediciones que se organizaban para descubrir tan ignotos territorios, provocaron en Peary un vivo interés, hasta el punto de decidir abandonar su carrera de ingeniero.
En el año 1886, Peary organizó, junto a su fiel sirviente y gran amigo Matthew Henson, la primera de una serie de siete exploraciones a Groenlandia, a bordo del buque Eagle. Partiendo desde Bahía Disko, Peary se adentró por tierras de Groenlandia y recorrió una distancia de 161 kilómetros, hasta que alcanzó los 2.287 m sobre el nivel del mar, circunstancia que le indujo a pensar que Groenlandia no era una gran extensión de hielo del continente americano como se pensaba, sino una gran isla cubierta por una inmensa placa de hielo.
Acompañado de siete colaboradores, entre los que se encontraban Matthew Henson, el doctor Frederick Cook y su esposa Josefina L. Diebitch, Peary regresó a Groenlandia cinco años después para dirigir una expedición mucho más ambiciosa que la anterior. A bordo del buque Kile, en junio de ese mismo año arribaron al golfo de Inglefield y desde allí recorrieron 2.100 kilómetros en trineo en dirección NE.
Los miembros de la expedición utilizaron vestimentas, enseres y equipos esquimales que les permitieron soportar temperaturas de hasta -60 ºC; Josefina L. Diebitch dio a luz una niña durante el trascurso de la expedición, experiencia profusamente relatada en el diario de Peary y en un posterior libro titulado The child of the snow (El bebé de la nieve). Peary descubrió el fiordo Independence y alcanzó el límite norte de Groenlandia, al borde ya con el Ártico, demostrando con pruebas evidentes la insularidad de esta tierra. Además, la expedición se integró plenamente con el pueblo de los inuit, a los que estudió en profundidad.
Según relató el propio Peary en su libro Secrets of polar travel (Los secretos del viaje polar), editado en el año 1917, el éxito de las expediciones se debía a la combinación de su experiencia como ingeniero, con el empleo del cronómetro y del sextante, a cierta estrategia militar y a la adopción de los hábitos de vida de los esquimales, tales como el uso de iglús para cobijarse, ropas de cuero de foca, principios esquimales de conservación del calor, alimentación inspirada en la técnica "pemican" (carne deshebrada), etc.
Todavía en tierras de Groenlandia, en 1895 Peary llegó a la zona costera del norte llamada hoy día en su honor Tierra de Peary, que exploró minuciosamente; luego se internó en dirección norte, siempre con el propósito de alcanzar el Polo Norte.
En su primera intentona fallida, Peary empleó cuatro largos años, hasta 1902, a bordo del buque Wundward, a través del denominado Camino Americano, pasillo que separaba Groenlandia de las tierras extremas orientales del archipiélago ártico-americano. Emplazó su campamento base en el pueblo esquimal de Eath y otro más en Fort Conge, además de establecer una serie de puntos de almacenaje de víveres y suministros a lo largo de la ruta que se revelaron vitales para el éxito de la expedición. Su sistema, al que se llamó "método Peary", fue posteriormente adoptado por otros exploradores, como el noruego Amundsen en la expedición que comandó para llegar al Polo Sur.
Aunque la expedición fracasó en su objetivo primordial, Peary alcanzó el extremo más al norte del Groenlandia, ubicado en la latitud 83º 20' N, al que bautizó como cabo Morris Jessup en honor a uno de sus mejores patrocinadores, el presidente del museo de Historia Nacional americano. Además, Peary supo determinar con exactitud la latitud norte de Groenlandia en 82º, límite hasta el cual se extendían los hielos que cubrían la enorme isla.
Entre los años 1902 y 1905, Peary siguió trabajando en varias expediciones de carácter topográfico por la costa norte de Groenlandia. En uno de esos viajes exploratorios y de apertura de nuevas rutas para facilitar la navegación mercantil, llevado a cabo en 1905, Peary estuvo a punto de coronar el objetivo de alcanzar el Polo Norte. Desde la isla de Ellezmere, Peary alcanzó la marca latitudinal de 87º 6', con lo que se quedaba a tan sólo 280 kilómetros de la meta.
Por fin, en 1908, Peary dio comienzo a la expedición definitiva para conquistar el Polo Norte. Para llevarla a cabo, Peary contó con el buque Roosevelt, especialmente construido para la ocasión, subvencionado por el The Peary Arctic Club y equipado con los adelantos tecnológicos más avanzados de la época, a los que se añadían veinticuatro hombres, diecinueve trineos y más de cien perros.
Peary dividió los efectivos expedicionarios en cinco equipos; el comando principal estaba formado por él, su amigo Matthew Henson y cuatro esquimales. Los otros cuatro equipos tenían la misión de establecer depósitos de víveres a las distancias convenidas para, una vez cumplida la misión, regresar al campamento base Sheridam, enclavado en la Tierra de Grant. En marzo de 1909, Peary y sus cinco acompañantes salieron de cabo Columbia en dirección norte. En un trayecto récord de un mes escaso, el 6 de abril la expedición alcanzó la meta, el mismísimo Polo Norte.
El éxito de Peary se vio ensombrecido nada más hacer pública su hazaña por el gesto de su ex colega, el médico Cook, quien afirmó haber descubierto el Polo Norte justo un año antes que Peary, el 28 de abril del año 1908. Ante la negativa de Peary a reconocer los méritos de Cook, se entabló una agria polémica mundial entre los dos bandos, lo que obligó al Congreso de los Estados Unidos a formar una comisión investigadora para dilucidar la paternidad de la empresa.
Tras el previo estudio de los alegatos y pruebas aportados por ambos exploradores, la comisión no dudó en reconocer el mérito de Peary de ser el primer hombre en llegar al Polo Norte. Cook, en un intento desesperado por no perder la paternidad del descubrimiento, apeló al dictamen de la universidad de Oslo, cuyos profesores tenían fama de ser los más expertos en la materia. Pero el dictamen final de éstos volvió a desestimar las pruebas presentadas por Cook por ser inconcluyentes y poco contrastadas. Aunque la comunidad científica acabó por reconocer a Peary como el verdadero héroe del Polo Norte, aún hoy día hay bastantes dudas sobre si realmente consiguió alcanzar de verdad el Polo Norte o más bien se quedó a las puertas.
Los seguidores de Cook presentaron tres argumentos de peso que muy bien podían inducir a pensar que Peary también mintió: el primero de ellos se refiere a la orden dada por Peary a Robert Abram Batlett para que éste regresara al campamento cuando se encontraban en la latitud 87º 47', siendo éste el único miembro de toda la expedición, junto con Peary, capaz de verificar los cálculos precisos de la latitud; el segundo argumento se refiere a la velocidad media de marcha que sostuvo la expedición pues, según los cálculos, ésta tuvo que ser tres veces más rápida que la anotada por el propio Peary en su diario para lograr cubrir la distancia desde cabo Columbia hasta el Polo Norte; y el tercero, se basaba en el hecho de que Peary no comunicó al resto de la expedición la gesta realizada hasta que no regresaron a cabo Columbia y se enteraron de las reclamaciones de Cook.
Peary fue reconocido a nivel mundial y ascendido al cargo de almirante, tras lo cual se retiró de la Marina estadounidense en el año 1911. Además de la obra ya aludida, Peary dejó escritos cientos de artículos y trabajos de campo sobre sus experiencias exploratorias en el Ártico, entre los que cabe destacar Northward over the Great Ice, en 1908 (Hacia el Norte sobre el Gran Hielo); Nearest to the Pole, en 1907 (Lo más cerca del Polo); y, por último, The North Pole, en 1910 (El Polo Norte).
 
 
George Armstrong Custer
(New Rumley, EE UU, 1839-Little Big Horn, id., 1876) Militar estadounidense. Nacido en el seno de una familia de granjeros, desde muy joven se sintió inclinado hacia la carrera militar. En 1861 fue nombrado segundo teniente del Segundo de Caballería, formación con la que participó en la defensa de Washington, si bien no pudo acabar la campaña por problemas de salud.
Una vez recuperado, fue destinado al Quinto de Caballería, en el que ocupó el puesto de primer teniente. Poco después, en junio de 1863, fue nombrado brigada de los regimientos de Michigan, con los que participó, con notable éxito, en la batalla de Gettysburg y la campaña de Virginia. Su decisiva participación en la batalla de Yellow Tavern le valió el nombramiento de coronel.
Convertido ya en uno de los comandantes más aclamados del ejército, su nombre empezó a ser conocido por el resto de la población, fama que se incrementó tras su hazaña en Richmond, en abril de 1865, al desarticular la defensa enemiga y liberar a todos los prisioneros unionistas, así como el armamento perdido y el terreno cedido al enemigo. A partir de ese momento participó en todas las grandes acciones en que intervino el Quinto de Caballería, del cual era uno de sus más populares coroneles.
Ascendido con grandes honores a general, la suerte le fue esquiva a orillas del río Big Horn, adonde llegó al frente de 650 hombres, número suficiente según los informes previos para derrotar a un ejército de indios que, a la postre, resultó estar formado por 2.500 bravos. Consciente de la inutilidad del esfuerzo y sin esperar la llegada de refuerzos, ordenó el ataque. Murió, junto con toda su unidad, durante el combate.
 
 
Cecil Rhodes
Empresario, político y colonizador inglés de Sudáfrica (Bishop’s Stortford, Hertfordshire, 1853 - Muizenberg, El Cabo, 1902). Hijo de un pastor protestante, emigró a la colonia británica de Sudáfrica en 1870 para trabajar en la fábrica algodonera de su hermano. Un año después la abandonó para explotar minas de diamantes, y tuvo tal éxito que acabó haciéndose con todas las minas de Kimberley y De Beers hacia 1888. Junto con un grupo de socios fundó la compañía De Beers, que hacia 1890 controlaba el 90 por 100 de la producción mundial de diamantes y que ha perdurado hasta nuestros días (mejorando incluso aquella posición de monopolio). Completó el negocio adquiriendo participaciones importantes en la minería del oro del Transvaal en 1887.
Rhodes tenía una concepción mística del imperialismo, que trató de hacer realidad participando activamente en política. Se debe en gran parte a él la concepción del eje El Cabo-El Cairo, que durante mucho tiempo inspiró la política colonial británica y que acabó haciéndose realidad a costa de las aspiraciones portuguesas, francesas y alemanas en África.
Trabajó al servicio de ese ideal desde los múltiples puestos políticos que ocupó como parlamentario de la colonia de El Cabo (1881), miembro de varias comisiones de límites y primer ministro de El Cabo (1890-96). Impulsó una conflictiva política de penetración británica hacia el norte, desafiando los deseos de independencia de los colonos bóers (de origen holandés) del Transvaal y frustrando las aspiraciones expansionistas de la colonia alemana del África del Suroeste (Namibia).
En 1884 consiguió la anexión británica de Bechuanalandia (Botswana), abriendo la ruta hacia el norte. Engañó al rey de los matabeles, Lobengula, haciéndole firmar un tratado por el que concedía a Gran Bretaña un extenso territorio, en el que Rhodes fundó las colonias de Rhodesia (actuales repúblicas de Zimbabwe y Zambia) y Nyasaland (actual Malawi); desde 1890 empezaron a asentarse allí colonos blancos.
En aquel mismo año llegó Rhodes al poder como primer ministro de El Cabo. Trató de fomentar la reconciliación de los bóers con los colonos británicos en una única Sudáfrica bajo dominio colonial británico. Pero la resistencia de los bóers del Transvaal, encabezados por Paul Kruger, frustró aquel proyecto; después de múltiples conflictos, Rhodes apadrinó una expedición militar contra Kruger en apoyo de los uitlanders (colonos extranjeros del Transvaal, en su mayoría británicos): el raid de Jameson de 1895 fue un fracaso y acabó forzando la dimisión de Rhodes en 1896, además de agravar las tensiones que conducirían a la Guerra de los Bóers de 1899-1902.
Por entonces, múltiples obstáculos se habían alzado ya contra el sueño imperial de una gran Sudáfrica británica: en 1889 los alemanes habían obtenido una franja de territorio que impedía la expansión hacia el norte de Bechuanalandia (la franja Von Caprivi); en 1890 Leopoldo II de Bélgica había extendido su colonia del Congo con el dominio de la rica región minera de Katanga; y el acuerdo anglo-portugués de 1891 había consolidado la presencia portuguesa en Angola y Mozambique.
Otros proyectos suyos, como el de restablecer el control de Gran Bretaña sobre sus ex colonias norteamericanas, eran demasiado audaces para ser tomados en serio. Al morir dejó un gran legado para otorgar las llamadas Becas Rhodes, que permitieran estudiar en la Universidad de Oxford a estudiantes del Imperio británico, Estados Unidos y Alemania.
 
 
Jules Ferry
Político francés (Saint-Dié, Vosgos, 1832 - París, 1893). Abogado y periodista de familia acomodada, participó activamente en la oposición republicana contra el Segundo Imperio: fue famoso su ataque contra las reformas urbanísticas del Barón de Haussmann (Las cuentas fantásticas de Haussmann, 1868); y también denunció los abusos del régimen desde el escaño que logró en el Cuerpo Legislativo en las elecciones de 1869.
Al hundirse el Imperio por su derrota en la Guerra Franco-Prusiana (1870-71), Ferry fue nombrado alcalde de París. Luego, durante la época de Mac-Mahon, fue alejado del poder nombrándole embajador en Grecia (1872-73); pero siguió siendo diputado en la Asamblea Nacional, contribuyendo a fundar la Tercera República Francesa (1873).
Líder de los republicanos oportunistas frente a los radicales de Clemenceau, Ferry ejerció una gran influencia política en los años 1876-85. Como ministro de Instrucción Pública (1879-81 y 1882) y presidente del Consejo de Ministros (1880-81 y 1883-85), venció la resistencia católica e instauró un sistema de enseñanza pública laica, obligatoria y gratuita, que habría de constituir uno de los pilares de la República. Impregnó a la sociedad francesa de los ideales republicanos regulando por Ley el divorcio y las libertades de prensa, reunión y asociación.
Fue un decidido partidario de la expansión colonial, convencido de la misión civilizadora de Francia en el mundo y dispuesto a acrecentar el prestigio internacional del país sin inquietar a Alemania: estableció el protectorado de Túnez (1881) e impulsó la penetración francesa en África (Madagascar, Congo y Níger); pero el fracaso inicial de su política en Asia (conquista de Tonkín) no sólo provocó su caída del poder, sino un descrédito que le impidió aspirar en el futuro a entrar en el gobierno o a presidir la República. Tras sobrevivir a un atentado (1887), fue derrotado en las elecciones de 1889. En 1893 sería elegido presidente del Senado, tres meses antes de morir.
 
 
Roald Amundsen
(Borje, Noruega, 1872-En el Ártico, 1928) Explorador noruego. Su primera estancia en el Ártico data de 1897, durante la expedición del Gerlache. En 1903 descubrió el paso del Noroeste y bordeó la costa norte de Canadá a bordo del Gjoa. Su propósito principal era la conquista del polo Norte, pero cuando preparaba la expedición para alcanzar este objetivo, tuvo noticias de que el estadounidense Robert Peary se le había adelantado.
Hombre de gran flexibilidad, modificó sobre la marcha sus planes y se dirigió hacia la Antártida, con la intención de ser el primero en llegar al polo Sur. Gracias a la preparación física y técnica de la expedición, basada en el uso de trineos tirados por perros y la participación de esquiadores experimentados, así como en amplios conocimientos del terreno, consiguió ser el primero en alcanzar el polo Sur, el 14 de diciembre de 1911, e izó allí la bandera noruega. De esta manera superó por escaso margen a la desgraciada expedición del capitán Scott, que llegó al mismo lugar pocas semanas después.
Sus restantes expediciones, que efectuó una vez finalizada la Primera Guerra Mundial, tuvieron por objetivo alcanzar el polo Norte, su gran sueño, que nunca vería cumplido. En 1925, con tres aviones, estuvo más cerca del polo de lo que nadie había estado antes, a excepción de Peary.
En 1926 efectuó un nuevo intento a bordo del dirigible de construcción italiana Norge, mandado por Umberto Nobile, con el que sobrevoló el polo el 12 de abril. Tras el accidente de Nobile y su nuevo dirigible, el Italia, en 1928, Amundsen partió el 18 de julio, en hidroavión, al rescate del italiano, empresa en la que encontró la muerte.
 
 
 
 
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